Son muchas las opciones a la hora de elegir un lugar de trabajo, pero no todas las opciones encajan con las necesidades de tu empresa.
La oficina puede tener un impacto significativo en la productividad, la cultura empresarial y los costes, por eso es muy importante analizar cada una de las necesidades y prioridades de la empresa antes de empezar la búsqueda de oficina.
Las dos opciones más comunes son el coworking y la oficina convencional, ¿pero cuáles son las principales diferencias entre ambas?

Obligación contractual
Coworking: Ofrece contratos flexibles que pueden ser de corto plazo, desde mes a mes hasta 12 meses, sin compromisos a largo plazo.
Oficina convencional: Generalmente requiere contratos a largo plazo, a menudo de 3 a 5 años, con obligaciones de cumplimiento estricto.
Servicios
Coworking: Incluye una amplia gama de servicios compartidos como internet, electricidad, limpieza, y acceso a áreas comunes, lo que elimina la necesidad de gestionar estos servicios por separado, te permite un control máximo del gasto de la oficina y te ahorra tiempo en la gestión.
Oficina convencional: Los servicios como electricidad, agua, internet y mantenimiento deben ser contratados y gestionados por separado por la empresa.
Costes iniciales
Coworking: No requiere inversión inicial ya que los espacios están completamente equipados y listos para usar.
Oficina convencional: Requiere una inversión inicial considerable para adaptar y equipar el espacio, además de otros costes de infraestructura.
Adaptabilidad y escalabilidad del espacio
Coworking: Los espacios están diseñados para ser versátiles y adaptarse a diferentes tipos de trabajo y necesidades. Además este tipo de oficina te permite escalar fácilmente, permitiendo ajustar rápidamente el tamaño del espacio según las necesidades cambiantes del equipo.
Oficina convencional: El espacio debe ser adaptado por la empresa para satisfacer sus necesidades específicas, lo cual puede ser costoso y llevar tiempo. Escalar el espacio puede ser complicado y costoso, ya que implica renegociar contratos y adaptar nuevas áreas.
En un entorno donde las necesidades cambian constantemente, no es de extrañar que muchas empresas se declinen por modelos de oficina más flexibles como el coworking, independientemente del tamaño de la empresa o de los años que lleve operando en el mercado, la oficina flexible es un servicio que se adapta a todas las empresas y ofrece numerosas ventajas para todos los equipos.